viernes, 24 de mayo de 2019



¿Pena, …o, ¿no?


Si existe un lugar lleno de parajes deliciosos en otoño, en la provincia de Teruel, ese es, los rincones próximos a los barrancos de Beceite, en concreto, los entornos que rodean al embalse de Pena, en el Matarraña profundo.
Eran las seis de la tarde, la noche caía acompañada de cierta bruma, cada vez bajaba más peligrosamente sobre el camino. Nuestro paseo había facilitado la digestión de unas maravillosas judías con chorizo, casi judiones, y un estupendo pollo con pimientos verdes.
Desembocadura del río Matarraña en el río Ebro.

La conversación giraba en torno a cuestiones cotidianas, relacionadas con el día a día, de los acontecimientos, que últimamente, siempre finalizaban, inevitablemente, en la pregunta ¿estará muy grave?
¿Será verdad y esta vez ira en serio?
Al otro lado del embalse, se divisaba la casa de Administración, qué la Confederación Hidrográfica del Ebro, tenía en el embalse para la gestión del pantano y el alojamiento de sus empleados, cuando estos, se desplazaban a la zona para la realización de trabajos relacionados con las obras en esa parte de la cuenca hidrográfica….
En cada minuto, la dificultad para distinguir las luces de la fachada de la casa, debido a la niebla, era mayor, todavía faltaban unos centenares de metros ya casi no se distinguía el camino. Sin lugar a dudas, el ambiente, nos invitaba a la reflexión como buenos otoñales andarines.
¡Dicen, que posiblemente no pase de este fin de semana! - comento alguien-
¡Mala hierba, nunca muere!
¿Y ahora, que va a pasar? -
 ¿Otro general?
¡No sé, pero esta vez, no van a coger a la gente desprevenida!
¡Hombre la gente ha aprendido! ¡Yo, ya he escuchado que ya se han realizado detenciones!
¡La política social, se ha ido paseando durante estas últimas semanas!
¡Sindicalistas, artistas, expresos…!
¡Los han metido entre rejas a algunos, y a otros, les han intimidado, a la mayoría a ostias!
¡No cambiaran nunca!
¡Tenemos la mejor policía del mundo, para reprimir, ahora si fuera para aclarar asesinatos, ya veríamos! – Comentó alguien con cierta desgana-
¡Sigue siendo la represión a ultranza!
¡¡¡Qué país…!!!
¡¡¡¡Que sinvergüenzas!!!!

Conforme nos aproximábamos a la casa, se percibía un lejano “run, run…”, que no cesaba, no podíamos determinar claramente, ni de donde venia, ni su contenido, se podía identificar un nombre, un nombre que nos puso los pelos de punta. Cada vez se identificaba mejor, ya no había dudas, era lo que estábamos pensando, y todos nos temíamos….


¡Por aquí!, oímos gritar a Paco, el conductor del Land Rover, que nos había trasladado hasta el pantano desde Zaragoza, y que, linterna en mano, se iba aproximando, a la vez que lanzaba ráfagas de luces….
¡¡¡¡Ya está!!!!!
¡¡¡¡Ha caído!!!!



Abajo, al fondo del valle, a lo lejos, también se podía ver las luces intermitentes de otro Land Rover de la guardia civil, que presumiblemente empezaba a subir por el camino que lleva a la coronación de la pesa.
¡Alto, escuchar…! ¿Habéis oído…? -Grito uno de los andarines…-
Dice, ¡Franco…! ¡Franco…! ¡Que sí!, ¡que dice que ha muerto! ¡Gritaba Paco!
¡Mirar lo tengo aquí grabado, en el casette!
Nos quedamos sin habla. Mientras, las miraban nos recorrían apresuradamente, al final alguien no pudo mantener la emoción y explotó….
¡Viva la republica…! ¡¡ jodeté cabronazo…!¡Abajo el fascismo… ¡¡fuera fachas…!
En ese momento, el coche de la guardia civil, que ya había llegado a la presa, se detuvo delante de nosotros, y dos guardias civiles bajaron rápidamente del vehículo, casi en marcha, mientras el guardia conductor procuraba aparcar el coche…
¿Pero, que estáis diciendo…?¡Respeto…! -grito, uno de los guardias civiles mientras el otro mantenía el subfusil de forma amenazante-
¿Qué cojones estáis diciendo…?
¡Respeto y luto a los muertos...! ¡Ostia…!
¡Venga, saquen la documentación y guarden silencio…!
¿Qué hacen ustedes por aquí? ¿Cuándo han venido? - preguntaron -

Una vez aclarado el motivo de la estancia en esos parajes, así como nuestra identidad, la conversación se relajo de forma clara.
Yo, no hacia, sino mirar al guardia civil, que sujetaba el subfusil y que disminuyo significativamente la intensidad con la que sostenía el arma y cambiaba su expresión avinagrada, sin llegar a sonreír, a más distintiva.
¡Tienen que comprender que el momento que estamos viviendo es muy inquietante y las ordenes que tenemos son las de estar atentos y cautelosos a cualquier incidente por insignificante que sea, y en estos parajes, la central y el pantano son dos objetivos significativos!
La verdad, mire hacia el agua del pantano y me pareció de todo menos inquietante, tranquila, calmada, sin ningún atisbo de movimiento. Y la central llevaba algunos años sin generar electricidad, debido a las averías del salto.
Después de un rato de charla distendida y muy comedida, el cabo de la guardia civil y comandante de puesto, se fue despidiendo….
¡Luego después de la cena, dijo el guardia civil, nos acercaremos, a ver si necesitan algo, María José y Alberto! -que eran, los guarneces de la casa de administración del pantano-


Más tarde, nos enteramos, que era una manera de tomarse unas copas de coñac después de cenar, antes de abandonar el servicio, y volver al cuartel de Beceite.

Todo había quedado en su sitio, me acerque tímidamente a tirar algunas piedras al pantano, haciendo el típico deslizamiento provocador de ondas, que, por otra parte, no veía a causa de la niebla, ondas que eran perfectamente circulares, se llaman “ondeas pk” o de movimiento ondulatorio.  Mientras recordaba todo lo sucedido, y a la vez, pensaba en lo importante del momento, que yo suponía, que sería, y a mí me pillaba lejos del mundo. En fin, a ver si me sale, una sirena rubia.… me dije.
Intentaba situar los chales, donde habíamos estado por la tarde, en el horizonte, próximos a la orilla del pantano. Me habían contado que eran chalet propiedad de antiguos “nazis”, que Franco había refugiado en algunos lugares de la península, dándoles cobijo por la persecución que habían sido sometidos después de la guerra, muchos militares de media y alta graduación, que se habían venido con sus familias y vivían de forma, más o menos clandestina…, el relato me cautivo. El acceso a los chales quedaba restringido se supone a través de un cartel que decía “Verbot der Passage zu Personen privat Ort”, aunque tengo que reconocer que no tenía ni idea de lo que ponía, y me pregunte que si querían que funcionara no hubiera sido mejor ponerlo en español…” vamos digo yo”. Aunque, luego me comentaron que realmente funcionaba…
Con cuanta impresión, suelen ocurrir, las cosas esperadas……
La cena trascurrió con cierto orden, unas acelgas rehogadas con jamón para unos y espináis con piñones para otros, una tortilla de alcachofas con una buena guarnición de patatas, cubrió la necesidad alimenticia de la noche, y ya, estábamos, a la espera de la visita de cortesía. No sin cierta incertidumbre.
¡Alberto!, - indico el ingeniero- ¡dígales a “los de la otra habitación si quieren pasar a tomar un orujo con nosotros-
¡Los jefes, os invitan a tomar algo en el salón principal con ellos!, -dijo Alberto, el guardes de la casa- a la vez que sostenía, una botella de champán francés, pero, antes ¿si no os importa?, nos la tomamos – dijo enseñando una botella-……. Espero no molestar a nadie, pero le prometí a mi padre que pasara lo que pasase, el día que falleciese el caudillo, me tomaría una botella de champán, y llevo esperando más de 40 años… ¿.si no os parece mal……?...
Evidentemente sabia con quien “se jugaba los cuartos”.

Cerro la puerta del comedor, y elevo el volumen de la música, sacra o gregoriana del aparato de radio, que había puesto al comienzo de la cena. Así, generaba un ambiente de aislamiento, recomendable para la situación.
¡¡¡¡Por mi padre!!!...¡¡D. Mario, maestro republicano, fusilado en el 39!! ¡A ver cuando encontramos sus restos! y salvo alguna cara de circunstancias, de alguno de los presentes, se brindo, con simpatía.
¡Por la república…! -dijo sigiloso Alberto, mientras su cara reflejaba alegría y rabia a la vez, acompañado por la sonata de triste melodía-
La botella duro, poco, a los cinco minutos ya estábamos todos reunidos en el mismo salón…. El de “los jefes…”

Fue entonces, cuando los vi a todos juntos, cuando tomé conciencia qué, la disposición de la mesa, reflejaba fielmente la inercia que aclaraba, de donde venia el país, y hacia donde íbamos… Los ingenieros de caminos, topógrafos y contratistas, (suministrador oficial de viandas y bebidas) en la cabecera de la mesa, cerca del gran ventanal, que miraba al embalse, y próximos a la chimenea, sentados sobre butacones tapizados de piel de cuero envejecida, de aspecto cómodo y sobrio, luego se abría, un espacio de tres o cuatro huecos que seria ocupado por la benemérita, cuando después de la cena se acercara a la casa, y finalmente al extremo, nos situamos los empleados, técnicos, auxiliares y conductores,  acompañados por el personal de servicio de la casa, y los peones de la cuadrilla topográfica.

Al fondo del pasillo, se podía otear tenuemente la vieja habitación, vacía, rancia, y de “rango abolengo” que había sido utilizada por los grandes mandatarios del ministerio, y siempre reservada, para actos de mayor calado “institucional”. Las diferencias de clases se estrechaban, aparentemente y con el beneplácito de la autoridad competente…-pensé-
¿Antes de que vengan los civiles, no tendrás por hay alguna botella? –Le preguntaron a Alberto- ¡de esas artesanales, que, sin querer, y saber cómo…. “van apareciendo” por las “masías…”. y empezaron a aparecer, botellas de orujo, aguardientes, anís y coñac…El contratista había sido previsor, y generoso, y además del correspondiente paquete para los jefes, tuvo la delicadeza de pensar en el pueblo.

Sobre la media hora, - y siempre he pensado, que al sonido de las copas y el olor del alcohol- aparecieron los tres civiles, que en un primer momento mostraron signos de extrañeza….
Uno de ellos se dirigió al Ingeniero Jefe, que presidia la mesa, rogándole que le acompañara a la puerta de salida de la casa, mientras los demás, tomaban posiciones en las sillas reservadas.
Soy un alcahueta o curioso, y no pude resistirme a mirar por la ventana de atrás de la casa, como el ingeniero hablaba con tres personas, muy altas y vigorosas, en un lenguaje, que no me pareció “chapurreo” precisamente….
¡¡Qué raro, parece…!!!
Y lo dejé…me volví a la mesa……me habían dicho, algún lugareño que en pantano había personajes muy curiosos y unas rubias estupendas…. “sirenas rubias…” chaval… me dijo Félix…el peón. Otro que se ríe de mi juventud. ¡¡¡Que abuelos más cabrones!!!-pensaba-

¿Parece que están disfrutando con la velada? – comento el cabo de la guardia civil-

No le dio tiempo a nada más, rápidamente le aproximaron un vaso y varias botellas para que se sirviera.
El asunto quedo zanjado con el primer brindis……

¡A la salud de los presentes…! ¡Por España…! - dijo la autoridad-

¡Por un futuro con esperanza para este país, que tanto queremos y tanto ha sufrido…! - dijo el comandante del puesto-
Aunque estemos de luto, es bueno que este día, ya noche, la pasemos juntos y recordando al generalísimo. No le parece, don José Luis- dijo el cabo como acto de constricción-

Y con este recatamiento, nos animamos en la celebración levantando las copas y manifestando un ánimo que expresaba la tranquilidad de haber pasado el primer trago.

En el trascurso de la velada, a la vez que botellas, fueron surgiendo, era inevitable y alguien lo debía haber previsto, los relatos personales que los asistentes fueron contando motivados, en gran medida, por los alcoholes que aparecían……

La mesa acogía a un montón de gente, que poco a poco se incorporaba a la reunión.

¡Vienen tiempos inciertos, aunque dicen que todo está previsto! - comentó Don José Luis, el ingeniero de Caminos Canales y Puertos encargado de la zona del todo el bajo Aragón….
-          ¡Atado y bien atado!, -apuntillo, el otro ingeniero técnico, ayudante del anterior-,
-          ¡Así, por lo menos, se comenta en las alturas!, ¡atado y bien atado- alguien reafirmo-
-          Este país necesita evolucionar, crecer, mucha obra pública- indicó el contratista de la zona-
-          ¡No se crean, es preciso tener precauciones, el pueblo español todavía tiene muchos enemigos que hay que vigilar! - comentó uno de los guardias civiles, de nombre Matías- jamás se me olvidará.
-          ¡amos, mi cabo! - dijo, Félix, uno de los peones, trabajadores de la zona, elevando la voz –
-          ¡no me fastidie! ¿a qué pueblo español se refiere?, ¿al Ambrosio, que está en el cuartelillo desde ayer? ¿al Tomas, que tiene 80 años, y no puede andar, ni salir de casa? ¿a Salvador, cura rebotado comunista, que no hace sino ayudar a todo el mundo… y lo apartan de todo? ¿a quien se refiere, mi cabo...? ¿quien es, ese enemigo del pueblo español…?
-          ¡Nadie se va levantar en armas!, ¡nadie va a ir a buscar a nadie! ¡siendo perito, llevo 35 años trabajando de peón, y no voy a reclamar nada, no me quedan ganas, solo quiero que mis hijos no sufran, como yo he sufrido. ¡No, mi cabo nadie va a reclamar a nadie …nada...! ¡no quedan fuerzas…!
-          ¡hombre!,- indicó, Don José Luis, el Ingeniero, dirigiéndose al peón- ¿así que usted es ingeniero? ¿y como es, que no lo ha dicho nunca nada?
-          ¡por vergüenza, ¡Don José Luis, por pura y simple vergüenza!  - manifestó el sonrojado peón-
-          Soy perito agrónomo, acabé la carrera un año antes de empezar la guerra y me movilizaron las tropas republicanas, luego, una vez finalizada, y gracias a Dios con vida, al volver de Francia, estuve cinco años preso entre varias cálceles y algunos batallones disciplinarios, hasta qué al final, como no tenia ninguna condena, ni delito de sangre, me hicieron volver hacer dos años más de servicio militar, en Melilla y León, al final me licenciaron. No me reconocen el peritaje, tuve que volver al pueblo, en el que mi padre había sido alcalde en la republica, alcalde fusilado…, así que sospechoso. Y pase, de ser, un joven prometedor, perito agrónomo, con cierto porvenir, a un peón listillo y vigilado… y así llevo 30 años. ¡no, no me quedan ganas……!

Como esas historias hay muchas en este país, susurro para su entorno, Alfonso, uno de los topógrafos presentes en la mesa.
¡Es muy triste, pero es la realidad, para bien en unos casos, o para mal en otros!

Tiene razón Alfonso, manifestó Beltrán, -el encargado del embalse-, hay muchas historias y todos lo hemos pasado mal durante la guerra y después de ella, pero ha sucedido así, y hay que olvidar y dar gracias.

Además, apuntillo uno de los guardias civiles, todo no ha sido malo, durante estos años hemos disipado la amenaza comunista y hoy, gracias a muchos impera el orden y la ley. Además, hemos sido capaces de ganar a los rusos en la copa de Europa de selecciones… ¿os acordáis del gol de Marcelino?

¡Ya...ya!, pero la historia la hacen los vencedores, la celebran los vencedores y se la beben los vencedores… “vivos…” Porqué en esta historia los vivos, han sido “muy vivos”- dijo uno de los de el fondo de la mesa-

Por favor, tengamos un respeto por el Generalísimo que acaba de fallecer y todavía esta caliente su cadáver, aclaro el cabo, mirando a su comandante de puesto y esperando su aprobación... A la vez que se hacia un silencio provocado por las miradas de incertidumbre que se lanzaba los unos a los otros.

Nadie se atrevió a decir nada…….

¡¡¡Por Franco!!!, -grito el contratista levantando el vaso sin demasiada altura y a media distancia, sin exponerse a ser correspondido por todos, pero a la vez retando a los presentes a pronunciarse. Me imagino que buscando el beneplácito de los jefes presentes.
Había miedo. Los de mi lado, casi todos, movieron los labios, y casi todos bebieron del aguardiente mientras brindaban, algunos los más cercano, aseguraría que murmuraban a modo de oración, “que se joda”, ”hijoputa” otros, los observe claramente, escupían al vaso y arrojaban el contenido con disimulo al suelo.
Mientras, al otro lado, el brindis provocaba aspavientos de respeto, autoridad y poder con la causa, alguno no brindo, ni bebió, ni escupió…. Ni se mojó. Estos están llamados a ser los líderes del futuro, pensé.
La atmosfera se iba calentando, el aire se iba viciando, algunos fumaban, tabaco negro emboquillado “ducados”, pocos fumaban rubio “fortuna” y no faltaban los que además de liarse los caldos de gallina “ideales”, se fumaban porreros… con dos…
A pesar de mantener la intención de lograr un único ambiente, los extremos de las mesas se iban separando cada vez, dando lugar a corros informales propios con la condición humana y los sentimientos.
La jornada se desarrollaba sin sobre saltos, y al compás de alusiones al futuro, en un ambiente tranquilo, aunque con susurros de recuerdos desgarradores, en el otro lado, y algunos suspiros, muchos suspiros.

¡Has sido muy valiente Félix!, mencionando que eres perito, así, igual, a partir de ahora, te miran de otra manera…-comentaba, otro de los peones asistentes, con la conformidad de Bertrán-
-          ¡No Bertrán!, ¡me miraran igual que siempre!,
-          ¡ellos son ganadores de todo y yo siempre seré el vencido!, ¡deberé seguir viviendo como vencido!
-          ¡No digas eso Félix!,
-          ¡Yo que también sufrí al perder a mi padre en la guerra, en el otro bando, fue muy duro, al final estar en un lado u otro, para mi fue insignificante, al final sufrimos todos, hambre y miedo…
-          ¡Vamos a ver!, -intervino de manera altiva, el conductor, Paco, presente en la reunión, que, hasta ahora, había estado escuchando, mientras fumaba y tomaba más de un trago.
-          ¡Tenía siete años! – comenzó con un suspiro y una mirada al infinito, - cuando en mi cabeza quedo grabada una fotografía fija, una mañana sobre las ocho. Iba de la mano de mi abuelo, camino de mi escuela en el barrio de las Delicias de Zaragoza. Era una mañana triste, oscura, empezaba a tronar, a lo lejos de la calle observé un pequeño tumulto de vecinos que en corro murmuraba algo que en ese momento estaba sucediendo en la otra esquina
-          ¡no te acerques! - gritaron a mi abuelo-
-          ¡que no lo vea el chico!
Mi abuelo, se asustó y me llevó otra vez a casa, nos esperamos un rato y luego salimos, voy a buscar la cartera que me he dejado arriba- como escusa de la vuelta-
Mi curiosidad fue en aumento cuando escuche, lloros y sollozos en la calle. Me dirigí a la puerta y intenté mirar por la rendija de la mirilla. No vi nada y decidí, salir a mirar, mi curiosidad no obtuvo respuesta y volví a recorrer la distancia antes iniciada con mi abuelo, pero esta vez solo.
- Pareció, como si, el relato que estaba contando Paco, provocará, posiblemente, en un azar de la conversación, la atención de toda la mesa- .

Y vi- continúo Paco- como, los cinco miembros de la familia, padre, madre, dos niños, no mayores de 10 años y una niña pequeña, estaban largos el en suelo, con la cabeza apoyada en el bordillo de la acera, y como, un hilillo de sangre, que se escurría hasta la alcantarilla próxima.
¿Que mal podía haber hecho esa familia?, ¿que engaño o traición podían haber cometido esos niños?, ¿que monstruos, que llevaban, pistola en mano, con su camisa azul y pululando entre los cuerpos, como si de trofeo exhibido se tratara?, ¡esa gente no perdona!, ¡son los ganadores y llevan más de 40 años diciendo, vosotros NO, sois los perdedores, sois los malos y no tenéis derecho a nada….

En la guerra los que vencieron se lo llevaron todo, todo, dignidad, salud, posición dinero, tierras, se llevaron el futuro y condenaron a los demás… no hubo ni piedad, ni generosidad, ni tan siquiera caridad…. y eso, no se perdona…… jamás se perdona, cuando no hay arrepentimiento…cuando hay soberbia, no se perdona y por supuesto no se olvida… para olvidar hay que perdonar y estos HIJOS de PUTA, criminales de la vida, y de vidas, jamás han pretendido ser …. Ser DIGNOS…- grito de manera descarnada y desgarradora el conductor a la vez que se terminaba “el último culo” del vaso de aguardiente

Todo el asistente, tomaron conciencia de que era la conversación principal, hasta el propio relator se percato de que era el centro de atención, las cabezas giradas hacia el estallido violento que el conductor había lanzado de manera vehemente marcaron el devenir de los acontecimientos.
Dándose cuenta, del posible quebranto causado a la forzada armonía de la mesa, se levante y dijo ¡¡buenas noches, señores!!!
Riada del río Matarraña en el año 1957
¡Te voy a pegar cuatro tiros a la orilla del pantano! - grito uno de los guardias civiles, el Matías-
¡Levántate y sal, ahora mismo de la mesa!
¡Pero tú quien eres, para gritar e insultar delante de los ingenieros…!
¡Venga, fuera……! ¡Que antes te voy a meter cuatro ostias……!
¡¡¡¡tú, esta noche no duermes, tú mueres!!!- volvió a gritar el guardia….
¿Qué te has pensado que va a cambiar algo…? El ejercito y nosotros la guardia civil jamás permitirá que los “hijos de puta” como tú, rompáis el orden establecido….
¡Han sido muchos los que han dado la vida por la patria, y no lo van a mover de un día para otro, durará mucho…y serán muchas las generaciones que se beneficien!
¡Arriba España, viva Franco ¡- Termino de gritar el guardia civil-
Los restos de Franco, serán venerados por los siglos de los siglos, no habrá en este país nadie capaz de deshonrarlos nunca, ni de quebrar su memoria…
Fue entonces cuando de manera casi violenta se levantaron algunos de los asistentes, alguno levanto el brazo en forma de saludo fascista. Entre ellos pude observar al señor ingeniero jefe, al sargento de la guardia civil, como no el señor contratista, y el número, Matías, que había organizado la trifulca de fusilamiento, me extraño que algún peón también se levantaba… entre otros.
El momento era muy tenso, lleno de silencios inquietantes, las miradas se entrecruzaban entre nosotros, nadie se movió, ni un milímetro, alguno bajaba la mirada, queriendo trasmitir cierta vergüenza, y miedo….
No entendía, como hace unos minutos existía cierto sentimiento de sosiego y permisibilidad, para a continuación, convertirse en un trato violento y cruel con alguien que había expresado, posiblemente influenciado por el aguardiente, su opinión, ¡¡qué malas jugadas te juega el alcohol, algunas veces!!

La vehemencia fortuita se imponía en el rictus de los presentes…
Parecía, que después de la violenta reacción, las cosas se calmaron…no fue así.

Matías, -el guardia civil-, saco a empujones a Paco el conductor…que, a trompicones bajo las escaleras del primer piso, cuando llego al quicio de la puerta de salida, desde el piso de arriba, en la barandilla vi como lloraba, no sé si de rabia o de miedo. Un empujón posterior lo situó fuera de las escaleras de la casa, junto a la cuneta de la carretera de acceso…
En ese momento alguien desde el piso de arriba llamo a Matías a la prudencia, ese despiste, provoco que, desde una ventana del interior de la casa, se gritara ¡corre!, ¡corre!, escápate, ….
Yo esperaba alguna voz de mando que, sinceramente, humillara al tal Matías.
Paco, estaba llorando y creo que inmovilizado por el miedo o la rabia…en ese momento, cuando Matías saco de la cartuchera la pistola, y apuntándolo lo empujo hasta una solera de hormigón al pie del embalse, justo debajo del aliviadero de la presa.
¡Te vas a mojar, cabrón…!
Paco no decía nada, no se lo creía,
¡Aunque me pidas perdón, te voy a meter cuatro tiros…! - dijo Matías-
Paco, se sentó en la orilla del pantano, dentro del agua esperando. Con el tiempo supimos, él por qué, se había metido en el agua, se había meado encima.
En la casa el cabo, en ese momento comandante de puesto, no sabia por donde salir, los ingenieros creían que todo era un asunto que no llegaría más, pero algunos llorábamos como Paco….
Fue entonces cuando, desde la carretera, Alberto, en guardes, lanzo un grito desgarrador…. ¡Suelta la pistola o te mato! ¡Te mato!, todos nos giramos hacia él, había sacado una escopeta de caza de dos tiros, que usaba para cazar cabra hispánica en el “Parrizal” de Beceite y apuntaba a Matías….
Y sonó un tiro, la pistola, me imagino que, del susto, cayó al suelo y Matías se tapo la cara con las manos, durante unos segundos le vi sufrir, hubiera deseado que lo matará, por una vez, hubiera deseado la muerte de alguien, muchos de los que estábamos allí, lo pensábamos…
Paco, salio del embalse, miro a Matías y lloró…lloró otra vez…cogió una piedra, pero alguien lo desarmo y lo retiro del escenario, y entones sucedió…. Alberto, dejó la escopeta en el suelo y grito… no te mato por mi Padre…. Porque, mi padre, quería qué, hoy brindara por él……y además quiero brindar por mi….
Eran las cinco de la mañana, a las 8 todos estábamos desayunando, me imagino que nadie diría nada… no se los comentarios posteriores, pero nadie quiso revivir ese momento…. Y yo lo he dejado en silencio hasta, hoy que lo escribo en conciencia y sabiendo que viví un episodio que me ha marcado durante mi vida…siempre que nos referíamos a él, nos referíamos como “lo de pena” así, la gente no sabia…. Era nuestro código interno y secreto para referirnos a algo que nos sucedió… Y en mí, ha quedado grabado el nombre de Alberto, como ejemplo de generosidad, valentía y coraje que demuestra que saber ganar con solidaridad, es ganar el futuro.
Pena, un bonito embalse, para recordar y algún día volver……


Fin.

20 de noviembre de 1975, 40 años después…




Una Europa sin miedo

La Unión ha pasado por dilemas cruciales. Ha vivido siempre en la dicotomía entre el temor y el deseo de avanzar

Cada vez que se celebran elecciones al Parlamento Europeo, como va a suceder esta semana, se repite el mensaje de que son más importantes que nunca. Nos acordamos ahora del Parlamento Europeo y de su papel en la legislación continental. Nos preocupamos de si la Eurocámara va a estar invadida por partidos euroescépticos y populistas y si esto va a significar el fin de la Unión. Enfocamos el discurso de los candidatos y la mayoría de los mensajes de la campaña electoral en que la participación es clave para que esto no suceda. En suma, esperamos que el miedo mueva a los ciudadanos y se incremente la participación. Pero hasta ahora el juego del miedo no ha funcionado; desde las primeras elecciones de 1979, la participación ha ido cayendo.
Mientras tanto, nos preguntamos constantemente qué Europa y qué Parlamento Europeo queremos. Y nos respondemos que queremos una Europa democrática, que sea representativa y que el Parlamento Europeo refleje las preferencias de la ciudadanía. Que la institución desempeñe un papel importante y que sea la voz legítima de los ciudadanos. ¿Y qué significa esto? En 2019, esto significa un Parlamento más fragmentado, un Parlamento sin mayorías y dividido, porque así sucede ahora mismo en muchos Estados miembros. Reflejando estas realidades nacionales, en 2019 nos espera un Parlamento Europeo diferente, donde ni el centroizquierda ni el centroderecha tendrán la mayoría que han tenido siempre, por lo que necesitarán el apoyo de otros grupos políticos para legislar. Intentarán conseguir una mayoría empezando por el mismo debate sobre el presidente de la Comisión Europea.
En la Eurocámara habrá otros grupos proeuropeos, como los liberales o los verdes, cuyo papel será aún más importante en esta legislatura para conseguir una mayoría proeuropea. Por eso mismo hay que dialogar y negociar, tanto delante de las cámaras como tras las puertas cerradas. Y esta manera de lograr consensos parlamentarios no va a ser fácil. Pero ¿es este el fin de la Unión? No lo creo.
El fin la Unión sería no ofrecer soluciones a los problemas de los ciudadanos. No adaptarse a las realidades y necesidades del siglo XXI. Es verdad que los votantes tienen miedo. Miedo a vivir peor que sus padres y que sus hijos vivan en un mundo más desigual y precario. Tienen miedo al cambio climático, a la inmigración ilegal y al terrorismo. O a la transformación digital y a quedarse sin trabajo por ello. Tienen miedo a un contexto internacional muy volátil donde se juega una gran partida política entre muchos actores. La lista de los problemas y los temores de los ciudadanos es muy larga y diversa y estos pueden echar la culpa a la Unión Europea, y no a sus Gobiernos nacionales, ante la falta de soluciones. Ya sabemos todo esto. Pero eso no exime de responsabilidad a los políticos en Europa.
La Europa que queremos se construye trabajando, dialogando, resolviendo problemas ciudadanos e intentando jugar un papel relevante en el mundo
Hay que saberlo: la Europa que queremos no se construye con el miedo. Se construye trabajando, investigando, dialogando, negociando, buscando soluciones, resolviendo los problemas de los ciudadanos e intentando desempeñar un papel relevante en el mundo. Si los partidos políticos de centro quieren recuperar votos, deben trabajar para ello. Tienen que ofrecer soluciones a los problemas de los ciudadanos, y no limitarse a utilizar un mensaje de buenos contra malos. Ya sabemos que los euroescépticos van a seguir apostando por una salida de la UE —especialmente después del rumbo que ha tomado el Brexit— pero intentarán transformar la Unión desde dentro. Lo que toca a los proeuropeos es coordinar esfuerzos para avanzar en la integración. Para avanzar hacia el futuro. La zona de confort del statu quo actual ya no es una opción.
La división de ideas, visiones y fuerzas políticas respecto al futuro no solo será un obstáculo en el Parlamento Europeo. También nos espera un Consejo Europeo mucho más fragmentado.
En este marco, ¿qué pueden hacer los partidos políticos españoles? Pueden animarse a desempeñar un papel más influyente en sus grupos políticos europeos. Tres partidos españoles, PSOE, UP y Cs, van a tener delegaciones suficientemente grandes en sus grupos políticos correspondientes en el Parlamento Europeo. Entonces, ¿por qué no ejercer el liderazgo de estos grupos? ¿Por qué no apostar por comisiones importantes? ¿Por qué no tener la iniciativa en los asuntos decisivos para el futuro de la Unión?
La Unión Europea es el proyecto más ambicioso de la historia. Hasta ahora no ha sido nunca fácil avanzar. La Unión ha pasado por dilemas cruciales como la ampliación, o no, al Este, o tener, o no, una Constitución común. Ha vivido siempre en la dicotomía entre el miedo y el deseo de avanzar.
El miedo vende más. Pero lo que debería vender es la política que consiga la Europa y el mundo que queremos.

miércoles, 7 de noviembre de 2012



Cuentas uno, dos, tres y el cuarto es un cadáver
Con una  magnífica descripción explica Juan Jose Millás, este fin de semana, su particular visión sobre el estado de ruina absoluta en el que se encuentra nuestro país.

"Barca barada en las arenas de una paya desnuda". Imaginensela

miércoles, 25 de abril de 2012

 

Me parece imprescindible conocer estas estrategias.


Avram Noam Chomsky (Filadelfia, Estados Unidos, 7 de diciembre de 1928) es un lingüista, filósofo y activista estadounidense. Es profesor emérito de Lingüística en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX, gracias a sus trabajos en teoría lingüística y ciencia cognitiva. Es, asimismo, reconocido por su activismo político, caracterizado por una fuerte crítica del capitalismo contemporáneo y de la política exterior de los Estados Unidos. Se ha definido políticamente a sí mismo como un anarquista[4] [5] o socialista libertario.[6] Ha sido señalado por el New York Times como "el más importante de los pensadores contemporáneos",[7]