viernes, 24 de febrero de 2012

La nanotecnía

La mochila mágica

Roja, como la camiseta de la selección, y con unas asas negras, estaba la mochila sobre la pared de hormigón del patio de colegio, frente a los campos de deporte próximos a él.

Amenazaba tormenta, el color era pegajoso y tórrido, se empezaba a nublar, cuando Lorenzo, decidió dar por terminado el partido  y volver a casa; ganaban catorce a tres. Ya estaba cerca de su mochila cuando, de repente, sin aviso previo, vio como caía del cielo, más exactamente, de encima de una nube, un trazo de luz transparente, que impactaba contra su mochila. Cuando la cogió, la noto caliente, -¿será del sol?- pensó descuidadamente, e intento ponérsela a la espalda.

Inicio el camino de vuelta a casa, pensando en el bocadillo de Nocilla, que presumiblemente, le pondría su padre y recordando la posible tragedia de que el tarro de Nocilla estuviera vacío, cuestión que le hacía revolverse en su cerebro, intentando recordar el último momento en que probó ése, para él, manjar de dioses.

Mientras se aproximaba a la fuente que estaba situada a medio camino, notó cómo la mochila empezaba a pesar menos, casi daba la sensación de que no llevaba nada colgado a la espalda. Hubo un momento en que acercó la mano a la espalda por detrás para comprobar la sensación de contacto con la mochila, -¡fíjaté! - pensó, -hace un rato, me fastidiaba llevarla, ¡pesa tanto!, y ahora, ¡no pesa nada!- Presionó el mando del grifo de la fuente, y se volvió a dar cuenta de que esto, no lo hacía nunca con la mochila puesta, -¡que raro!- se dijo para sí mismo-  . El agua estaba fresca, muy agradable, como él hubiera deseado encontrarla, y además, como hacía diez segundos estaba pensando que le gustaría encontrarla -¡Jolines!, es como si se fueran cumpliendo todos mis deseos antes de hacerlos-.

Llegó a casa, saludó efusivamente, con un beso a papá, y se encontró con que encima de la mesa de la cocina, había un bocadillo de Nocilla y al lado, un tarro recién abierto.

Lorenzo se sentó en la silla y empezó a comerlo, cuando su padre se fijo que llevaba la mochila puesta, -¿no te quitas la mochila?- le dijo- ¡eh... , ah.., no me había dado cuenta!- dijo Lorenzo, e inmediatamente se  la descolgó de la espalda.

Qué curioso, al dejarla en un rincón de la cocina, era como si hubiera recobrado el peso de siempre, ya no la veía ligera y suave; al contacto con el suelo, era otra vez pesada y dura.

Lorenzo terminó el bocadillo y se dirigió al baño.

¡Ya te has comido el bocata, sin lavarte las manos previamente! – dijo su padre- ¡como siempre!, ¡te olvidas de todo!, -lo siento, papá,- dijo Lorenzo.

Desde la habitación de Lorenzo y ya sentado en la silla enfrente de la mesa de estudio, Lorenzo le reclamo a su padre la mochila. Papá, ¿me puedes traer la mochila de la cocina?, ¡joder Lorenzo, que comodón eres! ¡Ve tú, que yo estoy haciendo otras cosas!. Lorenzo pensó en los deberes de matemáticas y de lengua, además de tema de “desconocimiento del miedo” que se tenía que estudiar, y le entraron ganas de tumbarse en la cama y decir que le dolía la tripa. Llevaba de tarea:

-          10 problemas de matemáticas y 6 operaciones de divisiones por dos cifras.

-          Tenía que repasarse los verbos irregulares, las formas compuestas.

-          Y estudiarse los pueblos prerromanos de la península ibérica.

Y es que todo lo resulta, difícil, aburrido y tedioso, ¿por qué, no nos darán las tareas hechas y los temas ya sabidos?, ¡tendrían que ponernos una especie de auricular en la oreja y que de repente tuviéramos toda la información que necesitásemos!, ¡jospitas,  que “chupi” sería!…

¡Lorenzo! ¿Te quieres levantar de la cama e ir a coger de una puñetera vez la mochila de la cocina?- dijo su padre.

Lorenzo dio un salto y se incorporo rápidamente, recorrió el pasillo y recogió la mochila, se volvió a su cuarto, se sentó en su silla, frente a su mesa, y apoyó la mochila sobre sus rodillas, mientras sacaba los deberes.

¡No puede ser! ¿Qué ha pasado aquí? ¡Era imposible! ¿Quién le estaba tomando el pelo? ¿Esa mochila era la suya?, ¡sí!, sus cuadernos y sus libros estaba  allí, pero... ¡No puede ser! Él no recordaba haber hecho nada- pensó-.

Los problemas de matemáticas, los diez problemas de matemáticas, estaban hechos y parecían estar bien, las operaciones de divisiones por dos cifras estaban hechas las seis, parecían estar bien, y los ilergetes, vascos, sedetanos, edetanos y jaqueses no le sonaban a sopas de letras, ni a chino, eran pueblos prerrománicos ubicados en el entorno próximo del valle del Ebro, que entones se llamaba Hiberus.

¿Qué esta pasando? Sin poderlo remediar se dio un pequeño cachete en la cabeza, se estaría volviendo loco, no entendía nada, decidió entonces, volverse a recostar en la cama y pensar, recordar; lo que le estaba pasando era imposible, era imposible.

Se volvió a escuchar, ¡LORENZO! Gritó, su padre, que al pasar por la habitación lo volvía a ver en la cama. ¡LORENZO!, gritó otra vez...

Papá, ¡deja de gritar!, ¡ya lo tengo todo hecho! y me sé el tema de “cono”, ¡pregúntamelo, anda, pregúntamelo! El padre recogió el libro de "cono", preguntándole aproximadamente hacia donde estaba el tema, se sentó en la cama y dijo con voz grave: -dime-.  Lorenzo empezó a recitarle como un papagayo todos y cada uno de los apartados del tema, dando explicaciones que no figuraban ni en el libro.  Poco a poco, al padre se le iba abriendo la boca y se iba quedando sin respiración: el que conociera que hubo hace tiempo en el valle del Ebro, una tribu que se llama los sedetanos era normal, lo ponía en el tema, pero el que tuvieran doce aldeas principales cuyos nombres eran... y que la religión estuviera fundamentada en el culto a los doce dioses que se llamaban..., entre otras cosas, era asombroso. En un arranque de inquietud, el padre le puso la mano en la frente y comentó en voz baja, -¿no estoy soñando?- Fue a buscar el teléfono rápidamente y llamó a su mujer, la mamá de Lorenzo.  Él, desde la otra habitación, podía escuchar.

-          ¿Vas a tardar mucho en venir a casa?- oía decir a su padre-

-          ¡Ya!, ¿que tienes que pasar por la farmacia? ¡a recoger las pastillas que llevaremos a la abuela al pueblo! ¡vale, pues….! ¡que has encargado pescado!

-          ¡Es que, sabes, creo que no me encuentro muy bien….!

-         ¡Es como si tuviera pesadillas…! ¡alucinaciones!. Se quedo en silencio, y al momento, después de haber recapacitado, volvió a escuchar

-          ¡Bueno, tranquila, quizás me he precipitado, deja… deja… que son tontadas mías! Luego nos vemos, tranquila, adiós, hasta luego, tranquila…

Lorenzo se había incorporado de la cama y dejado la mochila en el suelo, mientras se acercaba al quicio de la puerta a escuchar sigilosamente. En ese momento su padre regreso a la su habitación.

¡Vamos a ver!, dijo, su padre, no te voy a pedir a repitas todo ahora, pero ¿me puedes decir, solamente el principio del tema otra vez? Lorenzo, se sentó en la cama, y se dispuso a recitar la primera parte del tema. No se acordaba más que del titulo…. ¿papa, no me acuerdo de casi nada? El padre le volvió a tocar otra vez la frente, y haciendo un gesto de desquicio, le dijo, ¡anda!, ¿nos vamos a bañar y a preparar parte de la cena, hasta que venga mama?

Todo volvió a la normalidad, el baño, como todos los días. Llego su mama, prepararon el pescado, cenaron juntos, hablaron de sus cosas, discutieron sobre el programa de televisión que querían ver,  en fin,  lo de  siempre…. y se dispusieron a ir a la cama.

-          ¡Yo lo acuesto!, -dijo su madre-como siempre solía hacer

-          ¡Le he repasado los problemas y los tiene todos bien! Dijo su madre.. ¿pregúntale los verbos?, -contesto, su padre- y si, no es muy tarde, repasa “cono”, insistió prudentemente.

-          Lorenzo y su madre, después de lavarse los dientes, se dirigieron a la cama. -¡coge, de la mochila, el libro de lengua para repasar los verbos, el de “cono”.  Lorenzo, mientras su madre terminaba de quitarse granitos del cutis frente al espejo del baño, había cogido la mochila y se la había puesto encima de él, tumbado en la cama.

Al cabo de la media hora, se podía ver a su madre, entrando en el comedor, con la cara blanca, sin ningún tipo de semblante y un cierto rictus de terror, le faltaba la respiración y se le podía oír con voz muy baja, ¡no puede ser!, ¡que, no puede ser!, ¡es imposible!. Fermín, se dirigió a su marido, ¿tú sabes que los dioses de los sédatanos eran doce?, y ¿sabes que, o tu hijo, tiene una gran imaginación o tiene una prodigiosa memoria?, porque me los a repetido cuatro veces……y las cuatro veces bien…… y ¿te ha dicho, el nombre de las doce aldeas?! Le pregunto Fermín…, mientras la miraba expectante, a medio camino entre salir corriendo o quedarse agarrado al sillón.

Se quedaron mirándose como lelos y decidieron ir a observar al niño prodigio en que se había convertido  su hijo, ya dormido. Se dieron la mano mientras se aproximaban a la habitación y conforme se iban llegando, observaron que un resplandor salía de ella, la mochila. Asomaron la cabeza muy despacio, y vieron dormir felizmente a Lorenzo, mientras que debajo de la  mesa de estudio, la mochila se iluminaba, resplandecía.  Fermín, salio corriendo a coger embrazos a Lorenzo, y llevarlo hasta su madre que se había quedado en el pasillo, una vez el niño a salvo, se armo de valor y fue hacia la mochila. La abrió con la punta de un lápiz,  que cogía con la punta de los dedos, jodo, pensó él, si tuviera que salir corriendo, voy en zapatillas y pijama, empezó a sacar los libros y cuadernos mientras localizada de donde venia ese resplandor, al final lo localizo. Mientras tanto, la madre y Lorenzo, ya habían salido a la escalara, habían pasado cinco minutos y casi estaban a punto de pedir socorro, cuando el padre, desde dentro del piso, les pidió muy amablemente que volvieran a casa y cerraran la puerta.

Todo se me  ha aclarado, ya lo entiendo todo.

Pero, bueno, ¿como es posible? dijo la madre, ¿que explicación tiene esto?, por favor, ¡suelta de una vez la mochila! Estoy muy asustada.

-          No puedo, si la suelto, no me vais a entender nada, -dijo el padre-

-          Es necesario que vosotros, los dos, pongáis la mano sobre ella.- continuo el padre-

-          ¡joder Fermín, que tonterías dices!, ¡que estoy muy asustada!, ¡que he estado a punto de llamar a la policía, y … ¡ ¡que me estoy volviendo majareta..! ¡que no entiendo nada! Que, que yo, no pongo la mano encima de nada, que me voy con Lorenzo a casa de la vecina…. Socorro… grito la madre, en ese momento, Fermín aprovecho para abalanzarse sobre su mujer  a la vez que con otra mano tocaba a Lorenzo, que estaba en sus brazos.

En ese momento, justo en ese momento, los tres comprendieron todo lo que estaba ocurriendo, se les hizo la luz, se puede decir que a través de los tres salía una luz limpia y trasparente, se tranquilizaron, sonrieron y fueron objeto de la todo el saber de la fuente de conocimientos y sabiduría del planeta tierra.

Conforme iban recopilando trazos de conocimiento, un minúsculo microchip de la mejor nanotecnologia del universo, se disponía a abandonar la mochila de transporte e instalase en una fuente de energía transmisora que había localizado en la repisa de la cocina, un transistor casero, de uso domestico.

-¡Buenas noches, disculpen las molestias, permítanme que me presente, soy HQR-345/URBON de homologación experimental, que actualmente esta pasando los controles de calidad bajo las condiciones más adversas posibles1-, dijo el transistor.

-¡Procuren mantener siempre una fuente de comunicación o visual o auditiva conmigo al objetito de entender todo lo que esta ocurriendo, en el momento que el contacto comunicativo deje de existir, su mente decaerá y sufrirá una perdida de comprensión generalizada, que los devolverá a sus momento de vida primitivo y superficial!- continuo el transistor.

Con una voz, que le resultaba conocida, la radio, empezó a decir “yo como microchip nanotecnolico experimental HQR-345/URBON, con superiores prestaciones al HTT-348/URBON, estoy programado a alcanzar niveles de memoria de almacenamiento y de gestión de situaciones estándar en n*10, veces mas. Con lo que salvo los primeros instantes evolutivos, en el desarrollo de las amebas, más exactamente, difíciles de conseguir niveles de comunicación aceptable, con ciertos márgenes de error, el conocimiento de la Tierra y toda su evolución lo tengo, perfectamente analizado, y dispuesto a ponerlo en fase de experimentación”.

Por otra parte, continuo, ¡he sido depositado en una traslación dimensional al planeta tierra, a través del conector de neutrones/Doble PP/WWR/ con desplazamiento espacial en el tiempo, mi objetivo fundamental es pasar el control de calidad en FASE 3, que no superaron los anteriores y primitivos microchip nanotecnicos!.

Tengo una función de sedación y control de la ansiedad y el miedo a lo desconocido, que afecta de manera muy especial a los humanos, en la que a través de procesó magnéticos, difíciles de comprender por vosotros, puedo dirigir los estados de animo y volcar todo el conocimiento en vuestra mente! ¡lo único que necesitáis, para comprenderme, es mantener siempre la fuente de comunicación directa, o visual o auditiva, conmigo! Ahora que ya os he explicado todo, y que estoy seguro comprendéis, ahora que no tendéis miedo, ni inquietud, voy a pasar a una función plurimagnética ditial que nos permite conversar, sin necesidad de que yo domine vuestra voluntad, ni conocimiento.

En ese momento, los padres y Lorenzo, dejaron de estar iluminados otra vez, ya no tenían resplandores que les salían de dentro. ¿Usted no sabrá por casualidad, cuando viene mi suegra este año a casa?, pregunto el Fermín, y ¿los números de la primitiva de este sábado?. El  microchip HQR-345/URBON, inmediatamente le contesto, no puedo tener funciones relacionadas con acontecimientos que no han ocurrido, puedo sacar las aproximaciones estadísticas por combinaciones de probabilidades en 0,05 segundos, pero con márgenes de error muy considerables, no puedo predecir el futuro, solo estimarlo.

Bueno, pues menos es nada, dijo Fermín, a ver ¿mi suegra cuando viene?, el microchip, parece que tardaba un poco en contestar, a los 4 segundos, se escucha:

-          Después de analizara todas las llamadas telefónicas y contactos establecidos entre ustedes y su suegra, mama política, D.ª Concepción Patrón Melendro … (llamada por su marido “la bruja”)……, y más principalmente, entre su mujer y su suegra, la respuesta es:  ¡cuando su mujer quiera! Tengo que aclarar que ha sido altamente difícil aproximarme a una respuesta fiable, debido entre otras cosas a los nombre que de referencia que le eran puestos, en cualquier caso, no estoy programado para contestar preguntas con tan altas dosis de influencia hormonal”.

Fermín, miro a su mujer, y empezó a sentir una cierta sensación de agrado y satisfacción con el “aparatejo micro”. Y con respecto a la primitiva, necesito que me digas las 6 cifras- dijo Fermín-. El microchip, se puso a pensar y a los 0,004, soltó 5.789 combinaciones que se reflejaban en todas las paredes de la casa, y el coste total en euros de 5.789 jugadas, casi 3.000.000 de €, ¡joder, dijo Fermín!- ¡si otra cosa no me dices! ¡Pues estamos listos!

Bueno, dijo la mama, mientras Lorenzo se volvía a quedar dormido,¿que vas hacer tu aquí?, ¿cual es tu misión?.

-          Como he dicho antes, -dijo el microchip-, mi misión es superar el control de calidad en un transito espacial, recoger información operativa y ser más eficiente y eficaz que mis predecesores, que son quienes me han suministrado todas la información que poseo.

De repente, y en muy corto espacio de tiempo y de forma violenta y rotunda, cayo sobre el microchip, el mango de una escoba casera, usada y vulgar, del aparato de radio, volvió a salir una voz, siempre semiconocida, que lanzaba lamentos y quejas, ¡no es posible! ¡No es posible, que vuelva a pasar! ¡Otra vez, no! ¿Cuándo vamos a cumplir la misión? ¿A quien voy a transmitir mi información? ¡No queremos haceros ningún daño! ¡Simplemente conocernos! ¡Tardaremos 4 años luz en volver! ¡Dentro de poco ya no podré comunicarme con vosotros, me estoy debilitando!, nada más oír esto, le volvió a caer otro escobazo, este mucho más fuerte, que hizo saltar el microchip en trocitos. A pesar de lo sucedido, todavía se le notaba cierta actividad, entonces, la mama, le echo encima un poco de coca-cola que todavía quedaba en una lata próxima, y el microchip empezó como a hervir.

Los dos papas, se quedaron mirando, no sabían, si había sido un sueño, una pesadilla, si eran parte de una película, estaban como atontados.

Esto es irreal, - dijo Fermín- fijándose en que, ya no quedan casi ni trocitos del microchip. No se, se habrán confundido de pastillas en la farmacia, a los abuelos les dan algunos medicamentos tan raros y quizás nos hemos tomado alguna pastilla suya… ¿el pescado? ¿El pescado, estaba bueno?, ¡no sabia raro!….! No!, ¡ahora, tiene tanto mercurio!, ¡utilizan aparatos de ultrasonido para pescarlo!…. Vayamos a la cama, no lo contaremos a nadie, habremos sido sujetos de un sueño colectivo, o de una nube toxica, o un experimento, ¡el ozono!, eso será, ¡que nos hemos quedado sin ozono! Te advierto que casi no me acuerdo de nada.

Cuando se disponían a dormir, todavía un poco bombizos, sentados en la cama, Fermín se dirigió a su mujer y le dijo en voz pausada, pues, ¡el control de calidad de la coca-cola, no lo pasa!, y, ¡él de insultar a mi madre tampoco!,  ¿pero que se ha creído ese chisme del futuro?, ¡de mi madre no se habrá mal ni en el universo!, y ¡si se dice algo!, ¡queda en casa!, ¡nada de información de ese tipo almacenada!, ¡hombre, pues faltaría más!

¿Por cierto, tú crees que Lorenzo, se sabrá los pueblos prerrománicos mañana? ,- pregunto Fermín – Pues, no lo sé, respondió la madre, pero mañana le pienso despertar una hora antes para estudiar con él. ¿Por qué, tú te acuerdas de los dioses que tenían……? Nuestro señor Jesucristo, Fermín, y no hay más que hablar,….anda… duerme…….que acaba de hacer la primera comunión…..en otro día…..¿ Nanotecnologia espacial ¿ ….. ¡Chorradas!……

FIN




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